domingo, 3 de noviembre de 2013

LA JUSTICIA, LA INJUSTICIA Y LAS LEYES QUE CHOCAN ENTRE SI



Dentro de una Democracia bien entendida, existen tres poderes: El ejecutivo (que también legisla); el Legislativo que legisla; y el Judicial.
De una forma idílica y a simple vista, todos deberían ser independientes, pero en la práctica y por una cuestión de poder, (sobre todo cuando un Partido gana las elecciones con mayoría absoluta), el Ejecutivo manda sobre los otros dos.
Esta cuestión suele derivar en corruptelas; privilegios; favoritismos e incluso, deformaciones legales y constitucionales que terminan alterando “condenas” (tanto para bien como para mal), debido a vericuetos legales que no son determinantes y al hecho de que, si eres un Letrado de prestigio que asesora a su cliente como debe afrontar el Juicio (aunque mienta), no es condenado y a otro, que no puede pagar un buen Abogado, se le condena, o si lo asesora un amigo, que incluso se presta de testigo para que lo lo condenen, ambos van a la cárcel, mientras festeja su triunfo, el abogado de Prestigio. En estos casos, nos olvidamos que el poder en una Democracia lo tiene el pueblo, NO EL QUE LO DIRIGE.
Pero todo está hecho así y como quienes “llevan las riendas” del poder mantienen a sus pobladores como semi-esclavos y no como Soberanos, los Senadores seguirán estando en una Cámara cara he inoperante, esquivando a periodista que ya solo se dedican a descubrir “corruptos” (porque cuando se les pregunta por su labor no dicen nada, quizás porque nada hacen)
Cuando la Justicia se resquebraja la ecuanimidad se desploma y siempre, la recoge el que más tiene y la deforma con objeto de mantener un poder esclavista aunque esconda el látigo”, porque total ¿que más da?, si la Justicia (injusta), me da la razón.
O esto cambia o el pueblo estallará, porque aunque le hagan pasar hambre o traten de embrutecerlos, estallarán, entonces y solo entonces, todos sabremos quien es quien y los Presidentes los elegiremos sin que nos desvíen nuestro pensamiento; y a los Magistrados y otros que trabajen para la Justicia, también los elegiremos nosotros y las Campañas Políticas, costarán “4 duros” y no MILLONES COMO AHORA, porque ese despilfarro lo pagamos nosotros.
Lo justo, si realmente nuestros políticos respetan la voluntad del Pueblo Soberano, cada propuesta de cambio debería formalizarse mediante al Plebiscito Popular y la Mayoría absoluta, un máximo del 49% de los votos, para que siempre se deba negociar con alguien, aunque este “alguien” sea solo uno.
Se terminarán los “AFOROS”, porque para lo único que sirven es para proteger a un delincuente que tiene un privilegio por estar en el gobierno o en la oposición. Un aforado, raramente es juzgado y condenado. Cuando aparece un privilegiado, desaparece la Democracia

Entonces y solo entonces, podremos estar tranquilos y ser felices, porque ahora, no vale la pena ni intentarlo.

Mario R. Masjoán

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