Polémica
(poesía)
Hablan los hombres de
Dios,
Más no por boca de ellos,
Sino de quienes lo crearon
Para poder dominarles.
Yo me enteré que era Dios
Quizás demasiado tarde,
Pues con la mente alterada
Por no ser menos que
nadie,
Me fue tiempo comprender
Que más que yo, no había
Dios
Y aprovechando el concepto
Que vilmente me
inculcaron,
Y en santidad que supone
Crear vida con amor,
Soy de mi hogar sin temor
Dios más grande que
ninguno,
Al no reclamar por ello
Pago ni tributo alguno.
Fui Dios y creé la vida
De mis hijos y mis nietos,
Y de todo aquel que lleve
Algo de mi por sus venas,
Sin imponer condiciones
Ni ofrecerles vanos
cielos.
Sólo por amor di vida,
Sin controles ni poder
Sobre ninguno.
Toda la creación que
gesté
Desde mi humilde trono
humano,
Vive en total libertad
De espíritu verdadero y
sano.
Mario R
Masjoán
LA VERDAD ABSOLUTA EXISTE,
SOLO CONSISTE EN NO MENTIR
La poesía que termináis
de leer es el exponente supremo de una realidad distorsionada, porque
aunque parezca soberbia resulta ser humilde en su esencia, algo que
deberían adoptar nuevamente todos los mandatarios de este mundo,
junto a los archi-ladrones-millonarios y racistas, que alteran adrede
el mecanismo de nuestra sociedad, para poder vivir a costa de los
demás y en un plano superior infectado de mentiras.
No obstante, debo
reconocer que la poesía la escribí cuando me di cuenta que me
bombardeaban, desde distintos flancos, con Dioses y Demonios
inventados, al solo efecto de poder dominar mi razonamiento, esa
facultad en virtud de la cual el ser humano, es capaz de identificar
conceptos. Nadie tiene derecho a dominar a una persona con falsos
argumentos.
Analizo a los
políticos en general, depositarios del poder del pueblo y llego a la
conclusión de que tienen más miedo a que se les escape una verdad
en público sin darse cuenta, que a la explosión de un artefacto
terrorista a su paso. Son todos partes del Imperio de la Mentira y
han transformado a la Democracia en el arte de gobernar mintiendo.
La Democracia, esa
vieja mentirosa que un día siendo aún muy joven, quizás con más
vino del debido circulando por mis venas y obnubilada la mente, sin
valorar las consecuencias me invitó a aceptarla y la acepté como
solución a todos los males que padecía la sociedad. Cuando desperté
del letargo me di cuenta, tarde como siempre, que junto con la
democracia, aquella que se inicia en las Colonias Griegas de Asia
Menor allá por el siglo VIII antes de Cristo, hecha extensiva a
Grecia y Roma en representación de los intereses de las clases
contrapuestas y con el idílico propósito de ser el poder del
pueblo, había nacido también la Demagogia, como principio para
obtener un fin, o sea, ser depositario del poder del pueblo que
engañado y con mentiras, otorga sin saberlo un poder personal.
No es mala la
democracia si en el empirismo hubiera basado su evolución, pero
resulta que sucedió todo lo contrario y lejos de velar por el pueblo
como amo absoluto del poder democrático, teorizó el principio,
dándole cada vez más poder al dirigente y menos al pueblo que hoy,
es sólo un instrumento manejable con mentiras, del poder. (También
es bueno saber que aquella primera Democracia, tenía esclavos, algo
que para la mentalidad de la época era normal, pero que no contaban
para engrosar el nuevo proyecto, no obstante, el sistema fue
creciendo en igualdades y tratando de quitar privilegios)
Hoy vivimos en una
Pseudo-Democracia donde el político que gana las elecciones con
“Mayoría Absoluta”, cree tener “licencia” para hacer lo que
le plazca, incluso, contra el propio pueblo que le Votó (tenemos hoy
el ejemplo vivo, en la Sanidad y la Educación), pero lo más
sangrante es el hecho de tener que aceptar una ley como la llamada
“Del Aborto” como algo
normal y con argumentos tan hipócritas, como aquel que dice: Estamos
Salvando una Vida (aunque el feto sea deforme o hijo de un violador),
y después, si algún País capitalista le declara la guerra a quien
sea, no tienen reparo en mandar a chicos de 20 años, a la muerte.
La mentira y el
doble rasero siempre primero, el capricho después y al pueblo, que
se jodan. Que pena: No hace mucho, España era el mejor país para
vivir...
Mario R. Masjoán
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