Tu muerte a entristecido a más de
media España y a todos los amantes de la Fórmula 1 del mundo,
porque no solamente eras Valiente como el que más en ese deporte,
sino que también eras de aquellas BUENAS personas que transmiten
bondad, alegría, candor y buen hacer.
Tu sonrisa no se borrará jamás de
todos los que te admiramos y amamos en esta, tu tierra, que se mojó
con su llanto callado el día que la fatalidad te apartó de nuestro
entorno.
Yo soy de aquellos que seguirán
creyendo que algún día aparecerás como por arte de magia, con esa
sonrisa que en su momento tapó el dolor que azotaba tu cabeza. No
se, todo se nubla y confunde mi razón cuando pienso en ello hasta que de pronto la cordura vuelve,
entonces acepto que sea en sueños cuando te vea y eso alivia mi
dolor.
ADIOS MARIA, no creo que
haya otra mujer como tu...
Mario R. Masjoán
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