Federico nació el 5 de junio de 1.898 y murió asesinado por el Franquismo el 18 de agosto de 1.936. No obstante, dejó una obra sensacional y sin duda inolvidable. Para mi fue siempre el poeta preferido de mi juventud y madurez por eso le dediqué, el 5 de junio de 1.998, cuando se conmemoraban los 100 años de su nacimiento, el siguiente poema, haciéndome eco de aquellos que dijo Cicerón hace unos 2.100 años: La vida de los muertos, perdura en la memoria de los vivos....
VOY EN BUSCA DE MI AMADA
Ascendí por el camino
esquivando las espinas,
mientras con ritmo cansino
vuelan tiernas golondrinas
!Díjeme vivir es bueno!,
quizás tanto como amar,
más me distrajo el sereno
y hasta me hizo dudar.
Loa árboles se agitaban
doblando húmedas ramas.
Gotas vacías escampan
como brillantes escamas.
Cuando diviso la meta
salta mi corazón dormido,
¿acaso es feliz el cometa
que vive siempre perdido
Me esperan muslos, labios,
mieles y dulces del cielo.
Caliente encuentro de novios,
sensaciones que aún anhelo.
Una presilla rebelde,
un tierno pecho que asoma,
sangra caliente que cunde
cautivada por su aroma.
Abre la diosa sus brazos
caigo rendido entre ellos,
los momentos son escasos
pero intensamente bellos.
Agita la barca el mar
como para quitarle el alma,
hoja que al viento el azar
la transporta hacia la calma.
Brasas que quedan ardiendo,
fuego que no las desprecia.
Nunca se apagan del todo,
calor que el amor aprecia
Mario R. Masjoán
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