jueves, 24 de abril de 2014

FANATISMOS


Mal social

Todo fanatismo resulta irracional y nos devuelve a nuestra etapa animal.
El peligro para el mundo, no está en la posibilidad de que Irán, Corea del Norte, Israel, etc., puedan desarrollar bombas atómicas, o que los EE.UU., Rusia, Francia, Inglaterra, Pakistán, China y la India ya las tengan, el peligro radica en el fanatismo de sus dirigentes y sus pueblos.
Existe el fanatismo deportivo, con sus brutales consecuencias harto conocidas; el político, cuyos adeptos ven buenos a sus dirigentes aunque roben, y a los contrarios malos porque roban; el ecológico, de aquel que se niega a dialogar los cambios que protegerían al medio ambiente, para no dañar a las clases más desfavorecidas; y por último el religioso, el más temido de todos, porque podemos eliminar en el buen sentido de la palabra, al deportivo, al político y al ecologista, pero no podemos eliminar a los Dioses, por dos motivos, primero porque son abstractos y segundo porque no existen, aunque tengan el récord histórico de ser los responsables de la mayor cantidad de muertos en su nombre, desde que se crean las sociedades, los pueblos y las naciones..
Esto nos llevó desde el principio de los tiempos, a imponer a los “abstractos” por la fuerza y como es lógico, a no dejar pensar ni dudar. Quien lo intentaba, moría en la hoguera, crucificado, descuartizado por cuatro caballos y algunas lindezas más.
4.004 años a C, de judaísmo (contando 900 años de uno, 200 y pico de otro etc.); 2.000 de Cristianismo y 1.400 del Islamismo, dieron suficientes Ogros como para realizar una película terrorífica, espantosa y detestable, por la simpleza de tratarse de hechos verídicos, cuyas colas de serpiente aun se siguen moviendo por el mundo con el consentimiento de auténticos sociópatas sedientos de poderes que aplaquen sus frustraciones.
Dejémonos ya de buscar plantas de enriquecimiento de uranio; eliminemos totalmente esa monstruosidad, eliminemos con argumentos las creencias en seres abstractos e imaginarios y centrémonos en el hombre. Somos entes sociales que no podemos vivir aislados, pues convivamos de una veaz por todas en Paz. .
Deberíamos obligar a nuestros estudiantes a leer UTOPIA de Sir Tomas Moore, y es probable que más de uno, sueñe con esa utopía y trate de hacerla realidad.
El mal está en el fanatismo; nadie tiene por que explotar una bomba adosada a su cuerpo en un mercado lleno de gente para reivindicar nada, ni arrojar misiles indiscriminadamente, para tratar de evitar que alguien se adose esa bomba en su cuerpo.
Nadie tiene derecho a imponer nada a nadie. Todos tenemos derecho a vivir. Aislemos al fanatismo, definitivamente y todo habrá cambiado apara bien.


Mario R. Masjoán

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