Existen ejemplos patentes
de que lo que afirmo se aproxima mucho a la verdad y para
demostrarlo, desarrollaré la cuestión con detalles precisos.
Ningún Rey, ningún
Caudillo o Tirano, ninguna Religión, nadie, llego a gobernar a los
pueblos sin mentir. Todos se aprovecharon de la incultura de sus
congéneres para dominarles.
Es cierto también, que
la figura del “macho dominante” al principio de la evolución no
pudo ser superada aún, y que la tecnología del presente ayuda a los
dominadores a facilitar, tanto la incultura disimulada de sus
pueblos, como las tácticas para llegar al poder haciéndoles creer a
todos que son la salvación, cuando lo único que pretenden es vivir
con comodidades que están muy por encima del resto.
Vamos a empezar con la
mentira mas evidente, que demuestra a las claras, la incultura del
pueblo; Me refiero al Mito del Diluvio Universal Judío. Sobre este
asunto descabellado se vienen barajando hipótesis desde hace miles
de años, durante los cuales surgieron controversias sin sentido que
pretendían darle veracidad a la cuestión, pero lo único que
lograron fue transformar un hecho inventado en una cuestión de fe,
para atemorizar a los incultos parroquianos. Solo citaré un hecho
que resulta humorístico: ¿Si el famoso Arca de Noe encalló en el
monte Ararat de la actual Turquía, podría explicarme alguien, como
hicieron los Elefantes para bajar al llano? (los hipopótamos, los
rinocerontes, etc)
Si hablas con algún
cristiano, judío o musulmán del asunto, te contestará cualquier
tontería sin sentido, sobre todo si tratas de averiguar la fecha en
que se produjo, algo muy fácil de descubrir, recurriendo a la
genealogía del pueblo de Israel, o recurrirán a aquello de que
varias culturas muy distanciadas unas de otras, hablan también de un
diluvio, algo que por si mismo, demuestra que no fue solo la familia
de Noe la que quedó viva, porque también, las fechas son
diferentes, como ser: Los Sumerios nombran un diluvio que duró 7
días (no 40 como el de los Judíos) y, si este invento se hubiera
producido este año del 2.014, en Andalucía llovió durante 30 días
seguidos y se inundaron infinidad de pueblos, sin que nadie se
rasgara las vestiduras.
El escritor Lenny Flank,
en su obra “LA CIENCIA DE LA CREACIÓN Y EL DILUVIO UNIVERSAL,
ubica al diluvio en el año 2.400 a C, cuando Noe tenía 800 años.
Vale la pena leer este revelador estudio.
La universalidad del
diluvio esta manipulada en los tiempos pero no en su esencia, ya que
para los hebreos, lo universal era solo el mundo que conocían.
También deberían leer a
Herodoto, sobre la civilización Sumer, porque es una maravilla la
descripción que hace, porque de esos individuos y de su mitología
que es probable que se remonte a unos 10.000 años a C, nacen todas
la religiones abstractas que padecemos ahora.
Abraham vive en Ur con su
familia y huye de esa ciudad justo antes del ataque de los Amorreos,
y se lleva la mitología Sumeria con él, la transforma y la impone
por la fuerzo en su pueblo.
Así llegamos a Moisés,
hijo de una princesa de la familia de los Faraones pero sin
posibilidad por el rango que ostentaba, de llegar a ser primer
mandatario. Cuando se hace mayor, es destinado a la zona donde
estaban los esclavos (que en realidad no eran esclavos) como
sacerdote de la diosa Isis.
Le adjudican un traductor
de nombre Aarón, con quien entabla una gran amistad (hasta llegó a
llamarle hermano)
Antes de seguir con las
mentiras religiosas, transcribo literalmente, el párrafo de un
escrito de Rosa Monteros, que demuestra fehacientemente, como se
vulnera la cultura con total impunidad, en este país
.
Para empezar: siempre me
ha parecido una barbaridad obligar a los adolescentes a leer el
Quijote. Y no sólo eso: la enseñanza de la literatura en la
educación secundaria española es un completo disparate. Por
ejemplo, en 3º de la ESO (catorce años) tienen que estudiar el
periodo comprendido entre la Edad Media y el siglo XVIII. Chavales
que no han leído jamás una novela por propio placer y que no han
descubierto todavía que entre las páginas de un libro cabe el
Universo, tienen que tragarse por narices el Mio Cid, que no sé si
ustedes lo recuerdan o lo han leído, pero que desde luego es
considerablemente espeso. “Con el agravante de que los programas de
Historia y de Literatura no están coordinados, de manera que se les
habla de épocas que ni siquiera han estudiado antes, lo que genera
situaciones entre absurdas y grotescas”, dice Fernando López, un
joven dramaturgo y narrador (a finales de año saldrá su segunda
novela, La edad de la ira) que además lleva cuatro años dando
clases de literatura en un instituto.
Hace unos días mantuve
con Fernando una larga, instructiva y llorosa conversación: ya he
dicho que las gentes de letras somos un poco plañideros. Pero es que
la situación es como para soltar lágrimas gordas. Porque además
entre estos chicos y chicas que tienen que leer literatura medieval a
los catorce años hay numerosos emigrantes con grandes dificultades
para hablar en español correctamente. Me imagino que para ellos
sumergirse en el Cid debe de ser como aterrizar en Marte. Claro que a
los españoles veteranos no les va mucho mejor, porque tampoco
entienden una palabra del lenguaje y porque les importa un pimiento
ese mundo tan raro y tan ajeno. Por otro lado, los planes de estudio
están tan apretados y tan concentrados en cosas como la morfología
y la sintaxis que los profesores que quieren dar otros contenidos y
recomendar además otras lecturas no tienen casi espacio para
moverse. Y encima se ven obligados a luchar contra la burricie de las
familias: “Aunque sólo llevo cuatro años dando clase, ya ha
venido algún padre indignado a preguntarme por qué su hijo pierde
el tiempo leyendo cuando debería estar estudiando”, dice Fernando.
Luego entramos en el
Bachillerato y la cosa sigue empeorando. Porque ahí, a los 17 y 18
años, es cuando se tienen que meter entre pecho y espalda el Quijote
y La Celestina, dos textos verdaderamente maravillosos pero
dificilísimos de digerir a esa edad. Los clásicos son una estación
de llegada, no de partida. Hace falta haber leído y haber vivido
bastante para poder gozarlos. La obligatoriedad de estas lecturas
sólo convierte esas joyas en un muermo espantable, en un plúmbeo
recuerdo que será una losa para toda la vida. Para peor, además,
existe el general y apabullante consenso de que esos textos son lo
mejor de la literatura española. De manera que a los chavales les
dicen que se van a leer lo mejor de nuestra literatura y luego les
obligan a meterse en vena esos ladrillos. Con lo cual, como señala
Fernando agudamente, no es de extrañar que el pequeño porcentaje de
muchachos que, a pesar de este tratamiento de shock, desarrollan un
amor por la lectura, huyan todos en tropel despavoridos a leer a los
autores extranjeros, y que den por sentado que los españoles somos
unos pestiños y escribimos de cosas que no guardan relación alguna
con sus vidas. En fin, me pregunto quiénes son los responsables de
estos planes de estudio demenciales. Y me respondo: gente que no lee
y que no ama los libros. De otro modo no se entiende semejante
empecinamiento en la catástrofe.
Creo que este párrafo de
Rosa Monteros, escritora por la que profeso una gran admiración,
define a la perfección, los errores, hechos adrede o por comodidad,
definen perfectamente el por que de la ignorancia de los pueblos.
Esta incultura popular,
(para mi dirigida desde sociedades ocultas y especulativas), da pie a
que la mentira se transforme en verdad, tanto de forma voluntaria
como forzosa.
Antes de seguir con las
contradicciones bíblicas, me veo obligado a citar la Inquisición
porque quizás sea el medio más brutal y sanguinario que se ejerció
contra todos los que descubrían las mentiras que contaban, o se
atrevieron a competir con ellos inocentemente.
Cuando Moisés huye de
Egipto con todos los esclavos (no todos eran Judíos y ninguno
esclavo porque vuelvo a insistir que el concepto de esclavitud en
Egipto no era el conocido por el resto del mundo) es durante un
terremoto terrible que había repercutido en todo Egipto. No cruza
por el mar rojo hacia la península de Sinaí, sino por un río
afluente que se queda sin agua durante una hora aproximadamente, a
causa del terremoto que incluso, inclinó el delta del Nilo. Todas
estas cuestiones están avaladas por los descubrimientos
arqueológicos modernos, que encontraron armas y carros de combate en
el fondo de dicho río y nada en el mar rojo. Moisés aspiró siempre
a ser Faraón o Rey de un pueblo y, aunque por poco tiempo, lo logró.
Se llevó las creencias de Abraham y el monoteísmo de Akenatón y
logró ser Rey, tener una religión y un pueblo. El antiguo
testamento bíblico no es más que la historia del pueblo o la tribu
de Israel, contada, agrandada y adaptada al capricho de cada
gobernante, porque cuando Salomón llega al poder, tiene que matar a
su hermano y un amigo para poder hacerlo, con el beneplácito de
Dios, el mismo que le había dado las Tablas de la Ley a Moisés,
donde figura uno que dice: No Matarás. Pero Salomón (El sabio, no
solamente mata a dos personas, sino que además Dios lo premia con un
reino), Mentiras y más mentiras...
Si alguien puede soportar
la lectura del Antiguo Testamento de pe a pa sin tirar el libro por
la ventana, se dará cuenta que los relatos de lo que debería ser la
historia del pueblo hebreo, son una mezcla de fantasías y
realidades, muchas veces infantiles y confusas, como el hecho de que
un tal David matara de un hondazo al gigante Goliat, ya que teniendo
en cuenta el alcance de un proyectil disparado con esa precaria arma,
es lo suficientemente limitado como para pensar que David para
acertar, tendría que haber estado a una distancia desde donde el
gigante podría haberle atacado con facilidad, he incluso, el impacto
debería tener una fuerza descomunal para matar a una persona de ese
tamaño.
Llegamos así, a lo que
con el tiempo se llamó año cero de nuestra era, o sea, el
nacimiento de Cristo, que es el principio de las grandes religiones
mal llamadas monoteístas: me refiero al Judaísmo, al Catolicismo,
al Protestantismo y al Islam.
De la unión sentimental
entre José y María (según dicen, descendiente directa del Rey
David) nace Jesús, su primer hijo, que según parece, a los 16 o 17
años abandona el hogar paterno y se va con una tribu de Esenios que
vivía en el desierto, estudiando, ayunando, sin conocer mujer y
dedicados solamente a adquirir cultura. También existe otra versión
que lo sitúa en Cachemira (India)
El mito de la virginidad
de María, aparece mucho tiempo después y la intervención del
Espíritu Santo, es una patraña inventada, que tiene como base la
primera traducción de la biblia que se hace del hebreo al griego,
veamos: La palabra original hebrea que figura en los escritos,”ALMAH”
significa Mujer Joven, y la palabra “BETULAH”, que no figura en
ninguna parte, significa Virgen, pero los griegos en su traducción,
emplean la palabra PARTHENOS, que en su idioma define a las vírgenes.
Todas estas cuestiones me
llevan mentalmente a cuestiones que solo puedo definir como mentiras
y más mentiras, destinadas a dominar a los más incultos con objeto
de poseer unos privilegios inconfesables.
Si como dice la religión
cristiana, el gobierno de Dios está compuesto por El Padre, El hijo
y El Espíritu Santo, deja de ser monoteísta, aunque cuando surge
esta controversia se trate de emparcharla con aquello de que: SON
TRES PERSONAS DISTINTAS Y UN SOLO DIOS VERDADERO.
Si Dios nos hizo a su
imagen y semejanza, tiene por lógica el mismo sistema reproductivo
que nosotros, entonces, si los tres son el mismo Dios, ¿porque no
bajó él a preñar a María?.
Pero volviendo a Jesús,
ya mayor y predicando su filosofía entre el pueblo judío, junto a
Juan llamado el bautista, estos lo tratan como El Mesías prometido
por Dios, algo que Jesús nunca reconoció, incluso cuando le
preguntaron si él era el hijo de Dios, este les contestó NO, yo soy
el hijo del hombre.
No hay que olvidar la
época en que vivió y la literatura que tenía ya, de los más
prestigiosos filósofos, como Sócrates, Platón, Arquímedes, etc.
La cultura de esos Esenios era superior a la de cualquier hombre de
entonces. Jesús le hablaba al pueblo de igualdad., de colaboración
de unos con otros, de respeto y tolerancia entre distintas culturas,
incluso del creador del mundo, algo que había aprendido desde
pequeño. Cuando se reúne con los jerarcas de la iglesia judía, les
deja mudos con su sabiduría y antes de entrar, corre a latigazos a
los mercaderes que se asentaban frente a la puerta a ofreces sus
productos. Les da a los poderosos, una clase sobre la Torá, los 10
Mandamientos y las formas que deben usar quienes prediquen esas cosa
y, cuando le preguntan sobre los rumores que circulaban por el
pueblo, de que él es el Mesías esperado, el hijo de Dios, solo les
responde: YO SOY EL HIJO DEL HOMBRE, (nunca reconoció su supuesta
divinidad). Salió de esa reunión, condenado a muerte sin saberlo.
Fue muerto en la cruz y sepultado (aunque muchos analistas modernos
creen que le bajaron vivo, le curaron y se fue junto a su pareja
sentimental, María Magdalena huyendo de Israel.
Los amigos que tenía,
llamados a posteriori, Apóstoles, quedaron desvalidos hasta que
aparece en la escena un Turco llamado Pablo de Tarso, que trabajaba
para el Imperio Romano deteniendo a Judíos y Cristianos, cuenta a
esos ignorantes Apóstoles una rocambolesca historia y estos lo
aceptan como uno más del grupo. En muy poco tiempo y luego de
discutir con Pedro el pescador analfabeto, se hace con la dirección
de lo que luego se transformaría en la Iglesia y se lleva la
creencia a Roma, Centro Político y Económico del Mundo conocido. O
sea, el mesías prometido por Dios a su pueblo elegido, termina
comercializándose en Roma.
Los nuevos cristianos con
su nueva iglesia, tuvieron que aguantar vejaciones y persecuciones
durante unos 300 años, hasta que Constantino el Grande prohibió
toda persecución y les permitió tener vienes y latifundios. En ese
momento comienza la auténtica imposición del nuevo credo, con una
férrea cabeza que utiliza los métodos más aberrantes para
conseguirlo.
Hoy solo se usa el lavado
de cerebro de los ignorantes, a los que se les prohibe cualquier
lectura que no esté relacionada con sus falsas creencias,
amenazándoles con que arderán en el infierno tras la muerte. LA
MENTIRA Y LA INCULTURA SON PRIMOS HERMANOS Y SIRVEN PARA DOMINAR A
LOS PUEBLOS.
Mario Masjoán.
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