UN POCO DE FILOSOFÍA NO HACE DAÑO A
NADIE
Siempre hemos oído que el universo es
un orden perfecto, pero incluso corriendo el riesgo de que se burlen
de mi, discrepo y califico al Universo como un “desorden”
perfecto.
Para nuestra razón es lógico que
busquemos la perfección, algo tan imposible como encontrar las dos
puntas de un arco iris, pero no se rinden.
Se maquilla la cuestión con Dioses
inventados, creadores de cielos, tierra y habitantes, pero esta
cuestión se estanca y difumina en el tiempo, cuando se descubre que
el universo y su inmensidad existen.
¿A que se recurre entonces?, al
fanatismo psicológico por un lado, y a la espada y la hoguera por
otro. De esta forma que de sutil no tiene nada, se imponen creencias
en seres abstractos creadores de este universo desordenado e
imperfecto, que deja a humanos carnales, que le representarán en la
tierra eternamente. Lucharán por el bien para erradicar el mal, algo
que el hombre primitivo desconocía y que comienza a tomar forma en
ciertas mitologías (interpretaciones de distintas civilizaciones),
que terminan por unificarse cuando se impone el Cristianismo.
Sócrates intentó llevar la unidad al
plano del conocimiento, al sostener que la virtud es el conocimiento
y el vicio la ignorancia, muy común entre los poderosos.
Cuando Sócrates nació, allá por el
470 a C , el sistema Democrático, creado por los Griegos de las
antiguas colonias de Asia menor, llevaba casi 300 años funcionando.
Cuando el Filósofo habla del
conocimiento y la virtud, ya se había dado cuenta que sin cultura
popular, el sistema sería imposible de aplicar y caería
indefectiblemente en manos de poderes corruptos y viciosos, o sea que
lo que estamos viviendo hoy no es nuevo.
Los Reyes primero, las Iglesias después
y los Políticos hoy, se encargaron de destruir aquellos loables
ideales que agrupaban a los integrantes de las primeras
civilizaciones, negándoles el poder individual y colectivo que les
correspondía. El capitalismo no es un invento moderno, es más
antiguo de lo que pensamos y no fue creado de es profeso, sino como
arma para defender unos privilegios obsoletos, donde el vicio y la
prepotencias campaban a sus anchas.
Aunque hoy parezca raro, las primeras
civilizaciones que existieron eran matriarcales, ya que aunque fueran
conscientes de su propia existencia, el fenómeno de la reproducción,
entendían que era patrimonio exclusivo de la mujer y , la aportación
del hombre en este asunto carecía de explicación para su precaria
razón.
Cuando la evolución del cerebro se
amplía y los conocimientos crecen, los hombres descubren que sí son
artífices de la reproducción, entonces y quizás por la fuerza,
transforman esas sociedades matriarcales en patriarcales y se erigen
en dueños del poder familiar en un principio, y social con el
tiempo. Creo que en este momento de la historia, aparece tímidamente
la ambición, que termina en ansias de poder y en guerras
colonizadoras.
Para quienes tienen el poder surge
inconscientemente la preocupación por mantenerlo, algo que les lleva
a tener que ceder privilegios para rodearse de esbirros que defiendan
ese poder, sin faltar el respeto al poderoso. Estos personajes, se
transforman con el tiempo en soldados con privilegios moderados, que
sojuzgan a los pueblos, los sumen en la más espantosa ignorancia y
los explotan sin piedad. La colaboración, que fue el principio base
para la creación de las primitivas sociedades, desaparece, y se
transforma en EGOÏSMO.
Durante miles de años, las guerras
fueron algo así como la televisión en nuestra era, hasta que los
pueblos cansados de trabajar para poderosos, vagos viciosos y
déspotas, comienzan a revelarse y a reclamar derechos impensables
unos pocos años antes.
Lo primero que cede el poder es el
derecho a la educación, algo que está mas relacionado con las
nuevas tecnologías que con la bondad del gobernante, y esto termina
con la aplicación manipulada de aquella Democracia que crearon en el
siglo VII a C, los Griegos.
Los principios se adaptan para que no
desaparezcan los privilegios y si los pueblos explotados intentan
rebelarse, son aplacados brutalmente. Las democracias caen en manos
de los grandes capitales que dominan a gobernantes títeres, y si el
pueblo trata de adquirir cultura, esta cuestión se demora mediante
crisis económicas controladas que impiden al hombre común, adquirir
conocimientos que están reservados solo para los poderosos.
La colaboración y la solidaridad entre
seres humanos, la transformaron en igualdad de oportunidades para ser
más que otros y transformarse en opresores. Las modas se imponen y
anulan la capacidad de decidir por si mismo, el derecho a dudar y el
sueño de ser independiente, tolerante y buena persona. El único
objetivo del hombre actual, es destacar sobre los demás y para
llegar a esto, es capaz de pisotear a quien sea. Si todos los seres
humanos primitivos hubieran actuado así, yo no estaría escribiendo
este artículo, ni ustedes leyéndolo.
Tenemos que retroceder en ambiciones
estúpidas y volar en bandadas de pájaros o mariposas, unidos todos
para un bien común.
Aprendimos de todo, menos a vivir, y
así nos va.
Mario R. Masjoán
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