miércoles, 18 de junio de 2014

SUEÑO DEMOCRÁTICO


LA DEMOCRACIA DEL SIGLO VII a C, Y LA MENTIRA ACTUAL

Sueño como siempre, y me veo viviendo 700 años antes de Cristo, en una pequeña ciudad griega del Asia menor, rodeado de trabajadores, picapedreros, corrales, carros cargados con diversas cosas, filósofos intrascendentes sentados bajo las copas de los grandes árboles y rodeados de personas escuchando sus deducciones.
Algunos esclavos encerrados entre palizadas, preparados para realizar los trabajos más duros y, dentro de una vivienda hecha con ladrillo cocido y techo de vigas de madera y cañazo a dos aguas, un grupo de dirigentes reunidos, ideando un sistema político nuevo, que respete la libertad y los derechos del pueblo.

Discutían las formas de aplicar la igualdad, consultando con pseudofilósofos que se empeñaban en decir que si el poder no se asentaba en el pueblo, las leyes que dictaran los gobernantes se vulnerarían con total impunidad.
Por fin, luego de muchos días, se aprobó un sistema que contemplaba una especie de división de representantes del pueblo, que gobernarían para el pueblo.

Esto se fue produciendo poco a poco durante unos 2 siglos, pero se llegó a concretar, incluso, contempló el fin de la esclavitud por deudas, muy común en esa época.
Los grandes señores que ostentaban el poder, fueron cediendo poco a poco ante las peticiones del pueblo, hasta llegar a desarrollar la democracia.

Volviendo a nuestra época, defino este sistema político así:

La Democracia, esa vieja mentirosa que un día, siendo aún muy joven, quizás con mas vino del debido circulando por mis venas y obnubilada la mente, sin valorar las consecuencias, me invitó a aceptarla y la acepté como solución a todos los males que padecía la sociedad. Cuando desperté del letargo, muchos años después, me di cuenta tarde como siempre, que junto con la democracia (aquella que se inicia en las colonias Griegas de Asia menor allá por el siglo VII antes de cristo, hecha extensiva a Grecia y Roma y en representación de los intereses de las clases contrapuestas, y con el idílico propósito de ser el poder del pueblo), había nacido también la Demagogia, como principio para obtener un fin, o sea, ser depositario del poder del pueblo que engañado y con mentiras, otorga sin saberlo, un poder personal.
No es mala la Democracia si en el empirismo hubiera basado su evolución, pero resulta que sucedió todo lo contrario y, lejos de velar por el pueblo como amo absoluto del poder democrático, se teorizó el principio, dándole cada vez más poder al dirigente y menos al pueblo que hoy, es sólo un instrumento manejable con mentiras, del poder.

Para aplicar bien un sistema político nuevo, se debe culturizar al pueblo, porque si no es así, termina como ahora, en manos del capitalismo que obra a su antojo, dejando a la democracia como algo decorativo que todos invocan y nadie cumple con sus preceptos.

Las leyes, antes de ser dirigidas al ordenamiento de los pueblos, deberían ser estrictamente educativas, para adquirir primero, una cultura exacta de como funciona el sistema, algo que hoy obviamente, no existe.
Dentro de lo que llamamos democracia, desgraciadamente existe muy poca cultura, algo que redunda en la creencia de que el candidato, tiene derecho a ostentar el poder, o un poder que no le corresponde.
Aparecen entonces figuras extrañas como “dirigentes aforados” (o sea, si cometen algún delito, para juzgarles tienen que pedir permiso al congreso), las autonomías que manejan a su antojo, Televisiones y Cajas de ahorro, etc. En una palabra, aparecen los privilegios, al mismo ritmo que desaparece la Democracia.

Hoy tenemos que más de medio mundo dice tener gobiernos democráticos, entonces me pregunto, si es así, como puede ser que en plena crisis mundial, los “multimillonarios” (aquellos que superan los 1.000.000.000 de euros) en plena crisis, hayan aumentados escandalosamente.
La solución a estos despropósitos está en nuestras manos, pues, usémoslas y terminemos con tanta vileza que afecta siempre al pueblo, ese al que le han hecho creer dueño de un poder que no existe, porque le quitaron la capacidad de saber como se hace.

Mario Masjoán

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