La inmigración clandestina de
africanos hacia Europa y la represión que se usa contra quienes
intentan huir de la “hambruna”, es el acto de insolidaridad más
cruel que conozco.
Retrocedamos unos 3.000 años y
situémonos en el antiguo Egipto, donde gracias al Nilo y otros ríos
menores, nunca se pasa hambre y nos encontraremos con los Hicsos
(pueblo de Asia) pastores de ganado, que huyeron de su tierra porque
se morían de hambre, y también a los Israelitas que llegaron a esa
tierra por el mismo motivo, y otras tribus menores. Nadie les dijo
nada, ni les prohibieron asentarse con sus ganados. Solo cuando el
hambre había pasado, les pidieron que volvieran a sus tierras, he
incluso a los Hicsos enfermos y ancianos, les permitieron quedarse
durante un años más, para que se recuperasen. Esto se llama
SOLIDARIDAD.
Hoy, quienes pretenden cruzar las
fronteras, muertos de hambre, son tratados como delincuentes por el
solo hecho de pretender trabajar para comer y tratar de trabajar para
poder enviar dinero a sus familias.
Esta actitud sangrante, me recuerda que
una ves, hace ya mucho y poco tiempo, Europa se repartió África a
su antojo, la esquilmó y se fue, sin dejarle ni siquiera, un sistema
para gobernarse.
Hace unos años, el excedente de leche
en polvo de la Unión Europea, se les dio a los criaderos de Cerdos,
y también que los Norte Americanos, fabrican 60 kilos de alimentos
por persona al día, comen 2 K o pongamos 4, o 6 los más gordos que
más da, si el resto se tira.
No culpo de este espanto que estamos
viviendo a nadie, porque todos somos culpables, pero sufro por
aquellos que no tienen un “cacho” de pan para engañar a su
estómago.
La indiferencia es tan mala como el
egoísmo y el desprecio a las mal llamadas “Clases Inferiores”,
transforma al ser humano en un sádico.
Mario R. Masjoán
No hay comentarios:
Publicar un comentario