domingo, 30 de marzo de 2014

EL CUENTO MAL CONTADO, DEL MESÍAS ESPERADO - Parte 2

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1.- Cuando supuestamente se habían terminado los disparates contados en todos los Libros del llamado Antiguo Testamento, o historia del Pueblo Judío, o el Pueblo elegido por Dios (nunca supe entre quienes los eligió, ya que todos provenían del primer Hombre creado por Él, o sea que no existían otros para comparar), Habían pasado unos 2.000 años entre reinados, luchas de poderes, expansionismos exterminadores, fuegos y aguas enviadas desde el cielo, que te queman o te ahogan etc. cuando aparece lo que parece ser el Mesías prometido, que otros 2.000 años después y aplicando la lógica (divina o evolutiva), descubrimos dos aspectos reveladores: el primero hace referencia a que el famoso mesías era un simple filósofo de la época, o sea, otro invento, y el segundo: que arranca la imposición de los poderes institucionales que sojuzgan al pueblo. Es bueno saber que unos 700 años a C, los griegos de las antiguas colonias de Asia menor ya habían descubierto un sistema de igualdad al que llamaron Democracia (que quiere decir Poder del Pueblo) que evitaba los abusos de los poderosos.

2.- Fueron tan inocentes quienes tildaron o llamaron Mesías a Jesús, que olvidaron poner en los evangelios seleccionados por el Obispo de Lión en el año 180 de nuestra era, que el supuesto Mesías nunca había reconocido su condición de tal, quizás, porque estaba muy ocupado en seleccionar los “evangelios” que le interesaban, desechando al resto luego de calificarlos como “apócrifos”, y escribiendo el libro Sobre las Herejías para quitarse de un plumazo a toda la competencia.
Pero Jesús era Judío y a los 18 o 20 años se unió a una secta que vivía en el desierto, que creían en el Dios Hebreo, respetaban los Mandamientos, ayunaban para fortalecer el espíritu, estudiaban el antiguo testamento y posiblemente dudaran de algunas cosas que este decía, aunque lo respetasen.
Cuando Jesús y un amigo llamado Juan fueron elegidos por todos para bajar a las ciudades y predicar la bondad, la colaboración entre seres humanos y la igualdad, quizás no supiesen que cambiarían el mundo en algunas cosas para bien, y en otras para mal.
Mientras Jesús predicaba cada vez a más personas, Juan bautizaba a la gente en las orillas del río Jordán. Todos comenzaron a llamarle: Juan el bautista.
Juan fue el primero en caer, cuando el apetito sexual del Rey Herodes enamorado de su sobrina Salomé, a pedido de esta tras bailar en una fiesta en la que la bailarina le cautivó, le dijo que le pidiera lo que quisiera y se lo daría. La pobre niña, dominada por Herodías, su madre, le pidió la cabeza de Juan el Bautista (que era amigo del Rey) y este se la trajo en una bandeja de plata.
Enterado Jesús de la muerte de su amigo Juan, lamentó mucho su muerte y decidió ir al templo para hablar con los Sumos Sacerdotes. Estos le recibieron y tras escuchar atentamente lo que Jesús explicaba, le preguntaron si Él era el Hijo de Dios, pero solo encontraron por repuesta, no, yo soy el hijo del hombre. (Salió de esa reunión, condenado a muerte sin saberlo) Esta respuesta tiene una similitud filosófica, con la respuesta de Sócrates pocos siglos antes, cuando los jerarcas que pretendían deshacerse de Él, le dijeron irónicamente “Tu crees que lo sabes todo”, a lo que el filósofo les contestó: Yo solo se que no se nada.

Según versa en el Evangelio “apócrifo” de Judas descubierto hace muy poco tiempo y bastante deteriorado, Judas era un buen amigo de Jesús: Durante la llamada última cena, pintada por famosos artistas renacentistas, Jesús jamás dijo: seré traicionado por uno de ustedes. Veamos: Jesús ya había sido advertido que iba a ser detenido y cuando Judas le dijo que se escondiese, este le contesto que no lo haría y le prohibió mentir por Él. Calculan que le dijo: “ si te preguntan quien soy, señálame a mi”, pase lo que pase, porque mi vida vale tanto como la vuestra. Muchos expertos afirman que antes de salir del Templo, Jesús tenía claro como buen filósofo, de la falsedad de los que aparentaban escucharle y de la envidia de los Jerarcas, por el fervor que levantaba en el pueblo, con sus disertaciones sobre igualdad y colaboración entre seres humanos.
Cuando Irenéo, Obispo de Lión selecciona los cuatro evangelios que se escribirían en el llamado Nuevo Testamento desechando a los más de 50 que existían, sentó la base del poder de la nueva iglesia que había diseñado Pablo de Tarso, que según Nietzsche fue el inventor del Cristianismo, por eso se lo llevó a Roma y fue bautizada de hecho, Como Iglesia Católica (que quiere decir universal) Apostólica y Romana, cuando debería haberse llamado: Apostólica y Judía. En el momento en que Constantino prohíbe la persecución de los Cristianos y les permite tener bienes y hasta latifundios, el invento de Pablo paso a ser de Derecho, aunque se haya impuesto por la fuerza de la espada y la hoguera.

Mario R. Masjoán

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