-Para mis Padres, soy un hijo...
-Para el Estado soy un ciudadano...
-Para el Ejército soy un número
Pero yo solo acepto ser hijo y padre
después, por lo que renuncio a los ridículos motes de: Ciudadano y
Número con los que quieren adjudicarme todos aquellos que pretenden
dominarme socialmente, o enviarme a una guerra con objeto de proteger
sus intereses, amparados en la falsedad de un patriotismo que no
existe.
Si cuando intentan poner un fusil en
tus manos, se lo tiras a la cara a tu superior, iras a un calabozo,
pero si todos hacemos lo mismo terminarían las guerras, porque no
hay prisiones para tantos.
No te juegues la vida por los intereses
de otros que ni siquiera conoces.
Vive la vida con dignidad y desprecia a
quienes juegan con la tuya para mantener sus privilegios, usando
palabras como Héroe, que la mayoría de las veces no escuchas porque
estás, MUERTO-
Mario R. Masjoán
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