Nuestro cuerpo,
anatómicamente hablando, tiene dos partes. Exteriormente tenemos:
dos ojos, dos orejas, dos riñones, dos extremidades superiores y dos
inferiores, dos ovarios, dos nalgas (una que duele más que lo otra
cuando te inyectan algún medicamento), dos testículos, etc, y
nuestra mente no podía se diferente, en ella, tenemos dos polos.
Para las religiones que
se basan en una fe de forma irracional, medir las cosas con la razón
que se basa en la evidencia, resulta casi pecaminoso.
Sin embargo la fe
irracional puede ser desvirtuada por la evidencia de la razón, algo
que le hace al creyente en lo abstracto, fanatizar su creencia sin
argumentos lógicos, para poder sostenerla.
Esas dos partes en que se
divide nuestro cerebro, suele aparecer en algunos casos como una
enfermedad que se llama Trastorno Bipolar (o del comportamiento) en
el que los pacientes manifiestan estados de euforia por una parte, y
depresivos por otra. También radica en ese polo cerebral, la
esquizofrenia, las psicopatías, etc.
La otra parte de nuestro
cerebro es la racional, que suele ser más fuerte que la otra,
dominarla he incluso, anularla, como en el caso de personajes como
Gandhi, Sócrates, Vicente Ferrer (el de la India), etc.
Estas dos partes del
cerebro están permanentemente enfrentadas, de la mala (le llamaremos
así para que lo entienda cualquiera), aparecen también los sueños,
las fantasías, las ilusiones, etc., que suelen ser reguladas por la
parte racional, incluso, llevarlas al olvido. Esto no es más que el
equilibrio corporal y mental que tenemos.
Hace un tiempo, escribí
el siguiente artículo
MEMORIA SELECTIVA
La memoria selectiva
aumenta con la edad por una cuestión elemental, ya que, al no poder
desarrollar la capacidad cerebral al máximo, este elemento
fundamental del ser humano que le permite vivir consciente, se satura
aunque no se extingan los recuerdos no seleccionados, que pasan a una
especie de reserva semi inconsciente que les hace aparecer
sorpresívamente, cuando los necesitamos.
Los
seres humanos con un cociente de inteligencia alto, tienen el
funcionamiento del cerebro con un índice de capacidad de
almacenamiento consciente superior al resto, algo que les permite
diferenciarse de los demás. Su selección de recuerdos es menor y
muy precisa.
Los grandes Filósofos,
Matemáticos, Químicos etc. tenían y tienen un cerebro más
desarrollado que el resto, con una capacidad de almacenamiento de
recuerdos mayor que otros, sin tener que aparcar casi nada, algo que
aumenta las deducciones lógicas.
Nuestro cerebro no
evoluciona hasta llegar a su máximo rendimiento porque esta preso
dentro del entorno familiar y social donde convive. Esta cuestión
que parece casual, no lo es, y esta perfectamente controlada. Lo
complejo que resulta vivir en las grandes ciudades, con educaciones
mezcladas con vicios y drogas, y lo difícil que resulta también
vivir en el campo sin opción a ningún tipo de evolución cultural,
o en todo caso limitada, frenan el desarrollo cerebral y aumentan la
selectividad de la memoria, dos cuestiones que automatizan al ser
humano transformándolo en una especie de robot racional.
Nadie
nace con un físico de atleta, ni campeón de ciclismo,
automovilismo, futbolista destacado, ajedrecista o físico, o
equilibrista, etc. Todo se adquiere con esfuerzo, constancia y un
entorno correcto, pero hay fuerzas económicas a las que no les
interesa que esto suceda, porque así, pueden seguir viviendo de los
demás.
Creo que todos nacemos
con una misma capacidad intelectual, con lo que, para llegar a
ampliar nuestra evolución cerebral, solo es necesario una educación
adecuada desde niño, y un esfuerzo total cuando se es adulto, sin
descuidar el entorno.
Los incultos no nacen, se
hacen…y los cerebros aumentan su capacidad funcional si se les
entrena con conocimiento y razonamientos prácticos.
Si usamos la razón, esa
que los únicos animales que la tienen son los humanos, difícilmente
nos equivocaremos y, sin nos equivocamos, al menos tendremos el poder
de disculparnos y rectificar.
Los entornos sociales
están alterados adrede por el poder del capitalismo corporativo para
anularnos la razón y así, dominarnos mejor. Ya consiguieron que una
gran parte de la sociedad rechace la colaboración y se centre en el
individualismo, la envidia y la necesidad de “triunfar” en algo,
sin darse cuenta que en esta cuestión, los que triunfan son siempre
aquellos que nos impulsan, con ese dicho que dice: “el fin
justifica los medios”, nos transforman de solidarios a egoístas, y
así va todo.
El principio básico que
dio pié a la creación de las primeras sociedades, fue la
colaboración, hoy totalmente perdida en los países desarrollados y
así, la parte mala de nuestro cerebro, comienza a resquebrajar la
razón.
Mario Masjoán
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