(O de Malos y Buenos reales)
El invento de los dioses abstractos es
un fenómeno que nace dentro de nuestro razonamiento ante hechos
inexplicables, que con el tiempo, se transforman en la mejor arma que
tienen unos, para dominar a otros. Junto con los dioses y demonios
abstractos, aparecen las primeras diferencias sociales, o la
continuación del poder del antiguo “macho dominante”.
Si analizamos fríamente, las bases de
las tres grandes religiones que dominan el mundo y que son ramas de
un mismo árbol, veremos que el principio, adaptado a la
idiosincrasia de cada pueblo, es el mismo: Un bueno y un malo
invisible, rodeado de una multitud de ineptos que les elevan a
categorías de sagrados a unos y despreciables a otros. Todo gira
alrededor de malos y buenos y se transforma en fanatismo popular por
un lado, y en negocio rentable por el otro.
Judíos, Cristianos y Musulmanes, creen
a su manera, en el mismo Dios abstracto y en el mismo Demonio con
otro nombre.
Resulta imposible rebatir una creencia
con otra similar, por lo que decidí hacerlos con sus propios
argumentos que se suponen, la justifican.
En primer lugar debo decir que jamás
de una mentira o una fantasía, puede surgir una verdad, por lo que
de mitologías muy antiguas, nacieron y evolucionaron las religiones
actuales, aunque sin principios racionales, o sea, NADA SE DEMUESTRA
POR SI MISMO.
De una civilización que existió unos
10.000. años a C (es probable que haya habido otras más antiguas de
las que no existen documentos que lo avalen), llamada Sumer y a los
habitantes,: Sumerios.
Cuando el llamado Patriarca Abraham,
judío de nacimiento que vivía con su familia en la ciudad Sumeria
de Ur, huye antes del ataque de los Amorreos, se lleva consigo toda
su Mitología y, al igual que habían hecho los Acadios cuando se
mezclaron con los Sumerios, les cambia el nombre a los Dioses y los
adapta a la idiosincrasia de su pueblo.
La civilización Sumer, ya contaba con
un Dios creador del cielo y la tierra, hablaban de un “diluvio”
que había durado 7 días (no 40 como puso Moisés según la
tradición oral), de una mujer creada de una costilla, de dos hijos
que discutían siempre etc..., pero lo primero que acude a mi mente
es que, si tras el diluvio universal solo quedaron vivos los miembros
de la familia de Noé, ¿de donde salieron los Sumerios, Los Acadios,
Los Fenicios y muchas tribus y civilizaciones más que pululaba por
toda la tierra?. Todo fue un invento chapucero que serviría más
adelante para sugestionar y dominar a las personas.
En el árbol genealógico Judío
figuran, desde ese momento hasta el advenimiento de Jesucristo,
copias de hazañas de otras mitologías como la Griega, la Egipcia y
muchas más, repletas de hechos heroicos y descabellados, que los
jerarcas que dirigían los designios de sus pueblos, transforman en
verdades misteriosas. El misterio y la sugestión, transforman la
razón y anulan el pensamiento humano.
Algo notable también, es el invento
del origen del Bien y del Mal. Dios vive con su séquito en el cielo,
rodeado de Ángeles creados también por Él.
El poder que ostenta Dios es infinito, tanto, que incluso sabe con antelación lo que va a pasar, pero de pronto y como si se tratase de la elección de Miss o Mister Mundo, uno de los Ángeles llamado Luzbel, por lo guapo que era, quiere competir con Dios en belleza y como es lógico, pierde, pero Dios no lo elimina, simplemente lo expulsa del cielo y lo cataloga como artífice del mal. Pero este por lo visto, tenía su público y cuando es expulsado, se lleva consigo al 30% de los Ángeles de Dios. Un disparate tan infantil como esperpéntico, más deformado aún que el propio significado de la palabra.
El poder que ostenta Dios es infinito, tanto, que incluso sabe con antelación lo que va a pasar, pero de pronto y como si se tratase de la elección de Miss o Mister Mundo, uno de los Ángeles llamado Luzbel, por lo guapo que era, quiere competir con Dios en belleza y como es lógico, pierde, pero Dios no lo elimina, simplemente lo expulsa del cielo y lo cataloga como artífice del mal. Pero este por lo visto, tenía su público y cuando es expulsado, se lleva consigo al 30% de los Ángeles de Dios. Un disparate tan infantil como esperpéntico, más deformado aún que el propio significado de la palabra.
El Luzbel y su séquito de Ángeles
malos, se retiran del Cielo y se trasladan al infierno donde viven
desde entonces, con su mascota, El Can Cerveros y su Gondolero
Caronte. Allí manda Dios a los hombres, creados por él, cuando se
portan mal.
Pero resulta que entre los poderes que
ostenta ese Dios inventado por los propios hombres a su imagen y
semejanza, existe el de la Omnisciencia (o sea que sabe todo antes de
que suceda), algo que desvirtúa totalmente, todo lo que se cuenta de
Él, ya que si es así, debemos preguntarnos ¿PARA QUE NOS CREÓ?,
para que la mayoría se condene en el infierno junto a Luzbel o para
que llegue el momento en el que sean tantos que se animen a promover
un Golpe de Estado, se apoderen del Cielo, hagan buenos a los malos y
manden al invento ridículo de ese Dios, al Hades.
Jamás de una mentira, puede nacer una
verdad si esta no se impone como tal, a golpe de espada , hoguera y
sugestión, como hicieron todas la religiones que existen
actualmente.
Mario Masjoán
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