Tanto en las empresas como en los
países, las crisis se producen por la “saturación de los
mercados”, algo que suele solucionarse con el aumento de la
creatividad.
Pero también hay crisis provocadas
desde las grandes corporaciones que dominan el mundo financiero.
Estas son las más difíciles de erradicar, porque encierran egoísmos
y ansias de poder que el pueblo desconoce.
Los gobernantes, sean del partido que
sean, se ven con las manos atadas porque ven con asombro y
preocupación, que todas las medidas para frenar la caída, fracasan
sin motivo alguno.
Las bolsas suben y bajan sin sentido (o
si) y los especuladores bursátiles se forran en pocos días. Las
agencias de calificación están todas en el “ajo” y campan a su
antojo por los mercados del mundo entero.
En Europa hace falta una unión mas
fuerte y una economía igual y general para todos los países. Que
estas medidas supongan un sacrificio para los más poderosos, está
claro que es así, pero terminaría con los especuladores. Como
ejemplo pondré a España, que era un país que exportaba más de lo
que importaba, pero una mala gestión en la construcción de
viviendas desencadenó el desastre. Arruinó gran parte de la costa,
de espacios protegidos ecológicamente y terminó en crac.
El gobierno de Aznar permitió a los
Ayuntamientos recalificar terrenos a diestra y siniestra. Con este
sistema demencial y descontrolado, dejó de subvencionar a dichos
ayuntamientos, pero tuvo que importar mano de obra extrajera para
suplir las necesidades.
Cuando el presidente Rodríguez
Zapatero se da cuenta de la que se le avecina, dice que estamos
padeciendo una desaceleración económica, algo que me pareció muy
prudente. Pero toda la oposición se le echó encima, criticando sus
palabras y acusándole de mentiroso por no decir “crisis”. algo
que me pareció retorcido o inculto, porque si se le hubiera ocurrido
decir crisis en aquel momento, hoy tendríamos el doble de empresas
cerradas. Pero esto también refleja la incultura de la oposición
(parece que no hubieran ido nunca a la escuela), porque la palabra
“desaceleración, es el tercer sinónimo de crisis, aunque menos
impactante.
La oposición no jugó limpio en esta
desaceleración, depresión o crisis (como quieran llamarle) y se
pasó toda la segunda legislatura de Rodríguez Zapatero, mintiendo
descaradamente, y tachando al presidente de mentiroso, sin colaborar
con él, en terminar el desastre en el que nos vimos casi de golpe
sin comerla ni beberla, ya que España era en el 2.006, un país que
exportaba más de lo que importaba. No obstante, el llamado
“ladrillazo de Aznar” resultaba imposible detener.
Cuando la Unión Europea obligaba a
hacer recortes para salir del entuerto mundial, los del PP, lejos de
colaborar con el Presidente, ponían zancadillas, no aportaban
ninguna solución y hasta llegaron a proclamarse en un momento como
el partido de los trabajadores. Ellos no harían que los asalariados
pagaran los “platos rotos” de Zapatero (porque llegaron a decir
que Zapatero era quien había provocado esta crisis mundial). Pero
cuando se realizaron las primeras elecciones autonómicas y ganaron
ellos y sus mentiras, entonces se les empezó a ver el plumero.
Quienes pagaron el pato fueron los empleados públicos: Maestros de
las escuelas públicas, Médicos y enfermeras de la S. Social,
Barrenderos, Conductores de Autobuses Urbanos, etc., pero ningún
político o miembro destacado de la Cam (caja de ahorros del
Mediterraneo), dirigida desde la Generalitat y el Ayuntamiento de
Valencia, como ser, a la que de un “patrimonio de 500.000.000 de
Euros, entre prejubilaciones y premios por gestión, la dejaron en
quiebra y con solo 200.000.000 de euros.
Este es el partido de los trabajadores
y los que nos sacaran de la crisis. Cuando se hable de crisis, que se
diga la verdad, algo que hasta a mi me hace gracia pensarlo.
Mario Masjoán
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