Solo como recordatorio,
diré que Democracia quiere decir Poder del Pueblo, que en la
práctica, queda en manos de los representantes elegidos por ese
mismo pueblo. Hasta aquí todo va bien, pero resulta que para poder
dirigir al pueblo que lo eligió y depositó su confianza en ellos,
se necesita un orden similar al orden familiar. Entonces aparecen las
diferencias normales entre los habitantes de un país, y esas
diferencias terminan en grupos afines con los criterios distintos.
Esto da pie a la formación de los llamados Partidos Políticos, y
estos, redactan una Constitución (o carta magna) que recoge los
derechos y obligaciones del pueblo y sus dirigentes.
Como toda sociedad
libre tiene trabajadores y empresarios, los partidos políticos
tienen distintos puntos de vista; unos se inclinan a defender los
derechos de los trabajadores y otros al de los empresarios. El mote
de izquierdas y derechas, lo heredamos de la revolución francesa,
que tras las contiendas internas que habían padecido, crean lo que
se llamó República, integrada por el pueblo que se sentaba a la
izquierda de la gran asamblea y los nobles que lo hacían a la
derecha.
Creo que aquí se
equivocaron, porque teniendo a la nobleza (capitalismo de hoy) contra
las cuerdas, le dieron la oportunidad de cambiar de estrategia, algo
que hoy estamos pagando, porque con dinero impiden el desarrollo de
una verdadera Democracia.
No obstante, el sistema
democrático (denominado por algunos como mal menor, entre los demás
sistemas), es fácilmente aplicable en minorías, pero en países muy
poblados se desvirtúa y resulta muy oportuno para que el capitalismo
encubierto, mueva los hilos a su antojo.
Desde 1.990 el sistema
comienza a resquebrajarse y los votantes a disminuir notablemente. Se
pierde la confianza en los gobernantes, se lucran impunemente,
políticos corruptos, se toman decisiones erróneas, se desmoronan
los principios y se traiciona al pueblo.
La pérdida de
confianza en los dirigentes, comienza a reflejarse en la ausencia de
votantes, cada vez mayor. Hay un desinterés total, producido por
grandes desilusiones. Políticos que prometen cosas que luego no
quieren o no pueden materializar; encontronazos en el Congreso entre
las distintas fracciones, que parecen más actos circenses que
discusiones sobre lo que más le conviene al pueblo que representan;
acusaciones infundadas; mentiras por donde se las busque; teatro y
más teatro, que han convertido a los representantes de los dueños
de la democracia, en una especie de “gladiadores luchando en la
arena del Coliseo Romano”. “que pregunta más aguda le ha hecho
fulanito al Presidente”, o que respuesta más contundente a
respondido el mandatario”, mientras el pueblo, el auténtico dueño
de la democracia apaga la tele para no escuchar tanta estupidez.
Estamos inmersos en una
crisis que afecta a casi todo el mundo y nuestros políticos, lejos
de aportar soluciones conjuntas, parecen dos gallos de riña por los
que ya no apuesta nadie.
Al PP se le nota mucho
la avidez de poder que tiene, entonces dice con desparpajo, que tiene
la solución a todos estos problemas, pero, no explica como. Y el
Presidente cambia continuamente de estrategia, como los presidentes
de cualquier país que esté padeciendo la misma crisis. Acepta
públicamente que ha cambiado, pero para la oposición, que tiene
todo resuelto pero no dice ¿Cómo? esto es motivo de crítica, sin
argumentos. El Circo sigue su marcha mientras los votantes se quedan
en casa viendo el la tele a los Pica Piedras.
Pero el capital no
descansa, compra fábricas en quiebra, instala centrales nucleares
diciendo que ahora contaminan menos que antes, siguen frenando la
comercialización del automóvil eléctrico que no contamina, al
igual que el de hidrógeno, etc. y, si algún país se pone muy
pesado, le declaran la guerra.
La Central de
Inteligencia Americana (CIA), ha lanzado una alerta general de
atentados islamistas en toda Europa, pero no ha explicado a los
departamentos de inteligencia europeos, de donde viene esa
información. Cuando escuché la noticia, y con los antecedentes que
existen (por poner un ejemplo, elegí el primero, o sea cuando
permitieron que los aviones japoneses bombardearan Pearl Harbor
durante la segunda guerra mundial, teniendo 6 avisos de que esto se
iba a producir, y no avisaron a los habitantes ni Militares que
estaban en esa isla, solo por el hecho de convencer al pueblo
americano que debían entrar en esa guerra) no me extrañaría que
atacaran algún país (que tenga petróleo, por supuesto), después
de atentar contra algunos turistas de su país que estén visitando
Europa. Porque las Corporaciones de fabricantes de armamento, que no
paran de idear armas cada vez más mortales y eficaces, tienen que
seguir vendiendo. Otro tanto sucede con las Corporaciones del
petróleo y la mayoría de los medios de comunicación; nos
bombardean con anuncios sobre el cambio climático; que hay que
contaminar menos, que hay que reciclar, etc., y luego te enteras que
están perforando el Ártico en busca de petróleo. Las farmacéuticas
se inventan pandemias y las iglesias se forran con el dinero que los
incautos ganan con el sudor de su frente.
Los políticos se
corrompen y se llenan de dinero del pueblo que representan, pero lo
grave de todo estos, es que ninguno de los nombrados llega a ser
juzgado. Unos porque tienen tanto dinero, que pueden comprar hasta
los jueces y otros, porque están “aforados”.
La Constitución de
este país, y quizás la de todos los países mal llamados
democráticos son iguales y los nobles de la revolución francesa,
hoy se sientan en la derecha y en la izquierda, empujando a quienes
les correspondía, con descaro y mentiras.
Justifico un poco a
nuestra constitución por el momento en que se redactó, ya que si
hubiera sido un poco más social, es probable que estallara un golpe
de estado. Lo que no justifico, por antidemocrático, es que hoy, la
derecha se oponga a reformarla. Voy a citar como colofón, algo
sangrante: ¿Cómo puede ser que Rosa Diez con 300.000 votos saque un
diputado, y que Izquierda Unida con 3.000.000 de votos, saque solo
DOS.
¿Ha esto le llamamos
democracia?. No es que no sepamos, es que nos negamos a aprender.
La caída de la
enseñanza pública es evidente y programada sutilmente. Aparece tras
Mayo del 68, y el lema interno del capitalismo de entonces fue.
¿“Cuando más ignorantes, más fácil de dominar son? Y lo están
logrando. Nos transformaran en esclavos y como el látigo hoy
quedaría feo, usarán el crujir de nuestras tripas por el hambre,
como castigo ejemplar.
¿Cómo vencer a estos
desalmados?: estudiando mucho y aún así no se si lo lograremos,
porque la Democracia ya está rota.
Mario Masjoán
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