2,014...

(Como no se tomen medidas serias, llamaremos a Julio Iglesias para que nos cante “La Vida sigue igual”)

Que el gobierno del PP con Rajoy a la cabeza, diga que en el 2.014 empezará la recuperación económica (Supongo que mediante algún “milagro” que puedan realizar Gallardón y Rouco Varela, juntos) resulta poco creíble, a no ser que en vez de café, lluevan Euros del cielo.

Se está destrozando a la “clase media” y a la pobre, arrastrándola hacia el pauperrismo sin que parezca que afectara a los “Mandatarios”, que siguen afirmando recuperaciones que nunca llegan.

Cuando escucho a cualquier político afirmar que los Españoles hemos vivido por encima de nuestras posibilidades me indigno por lo indigno que es o son, quienes afirman esto, porque nadie, absolutamente Nadie, se compró un piso, o un automóvil, pensando que no lo podría pagar, pero si “los salvadores de la patria les quitan el trabajo y los echan a la calle, CLARO QUE NO PUEDEN PAGAR”

Escribí días pasados, un artículo que titulé “Me agradaría ver a los Recortadores, recortados”, pero resulta que esto no puede ser, porque no se le rebajó el Salario a Ninguno y muchos incluso, cobran más. Estos no viven por encima de sus posibilidades, porque sus posibilidades son infinitas.

Solo un país, en este momento, está creciendo sin tantas posibilidades como otros y menos riquezas que ninguno, se llama Uruguay y tiene un Presidente ÚNICO, se llama José Mujica, fue “tupamaro” aunque sin sangre en sus manos y hoy, dirige un pequeño país sudamericano, no cobra salario porque tiene su finca ganadera y tampoco duerme en la lujosa Casa de Gobierno porque le gusta que lo despierten los Gallos y el mugido de las vacas, demostrando al mundo entero que para sacar a un país de una crisis, solo hace falta tener un poco de sabiduría y un mucho de honestidad.

Para que el mundo se arregle y las crisis se olviden, solo tienen que desaparecer: en primer lugar: las religiones (que no unifican, solo separan), y luego: los privilegios, las desigualdades y por último: LAS FRONTERAS.

Yo también soy un soñador, ¿Y QUE...

Mario R. Masjoán