La cuestión de la
virginidad de la mujer tuvo connotaciones mitológicas y religiosas.
Las Vestales tenían
que ser vírgenes para ocupar el templo Greco-romano; Maria queda
embarazada de Jesús sin perder su virginidad; a los musulmanes al
morir, les espera un cielo donde corren ríos de miel y 72 vírgenes
para cada uno, como símbolo de la felicidad eterna.
Otras culturas,
sacrificaban niñas vírgenes a los dioses para que las cosechas sean
buenas, para no ser atacados por otros pueblos, para que llueva, etc.
La mujer debe llegar virgen al matrimonio dice la cultura cristiana; y entre los gitanos, aún se usa el pañuelo desvirgador como verificador de la virginidad, si se extrae con sangre.
El mito de la
virginidad llega hasta nuestros días totalmente desinflado, pero aún
hoy se mantiene como ejemplo de ridiculez que practican como normal y
divino, la mayoría de las religiones judeo-cristiano-musulmana.
Pero resulta que el
verdadero motivo que dio pie a la aparición del mito de virginidad
femenino, solo fue una de las causas que reafirmaron la supremacía
del hombre sobre la mujer.
Está claro que la
justicia adjudicada a seres abstractos e imaginarios, es disparatada
y se aparta de la realidad humana, ya que con un criterio de equidad,
principio básico de JUSTICIA, el hombre también debería llegar
virgen al matrimonio.
Cuando leí en que
consistía la felicidad celestial pos-mortem de los musulmanes se me
ocurrió pensar que era perecedera he insignificante, porque vivir
con ríos de miel, supondría tener una especie de fábrica de
gordos, y, las 72 vírgenes que vienen con la miel, suponen que,
contando con que cada himen penetrado puede durar intacto un segundo,
tendríamos una felicidad que duraría exactamente: 72 segundos, o
sean, un minuto y doce segundos. Creo, sin tratar de ofender a nadie,
que esta delirante felicidad no puede costar la inmolación de nadie.
El macho humano crea el
mito virginal como refuerzo de su masculinidad que, ante la debilidad
que presentaban las creencias Greco-romanas al respecto, dándoles
una pequeña cuota de poder a sus mujeres sacerdotisas (vírgenes),
adoptan los mandatos de otra mitología, la Judeo-cristiana (y
posteriormente también musulmana) que empieza a calar con fuerza en
la gente y como verdad, a pesar de que se mueve dentro de lo
abstracto como todas.
Esta nueva mitología
trae consigo unas historias terroríficas mezcladas con principios
humanos lógicos que se atribuyen a dioses abstractos ridículos y
contradictorios.
Cuando ese abstracto
dios inventado por Moisés dentro de las antiguas sociedades judías,
crea a Adán, el primer hombre de este mundo, tenemos que, si nos
tomamos la molestia de aplicar las matemáticas en esta cuestión,
llegaremos a saber que el primer hombre fue creado por dios entre el
año 3.000 al 4.000 antes de cristo (exactamente), o sea, cuando esto
estaba lleno de gente y con diferentes sociedades perfectamente
identificadas. Pues bien, la institucionalidad del MACHISMO actual
comienza en ese momento, concretamente cuando la primera pareja de la
humanidad, ADAN y EVA, son expulsados del paraíso, porque en ese
momento el abstracto Dios les castiga de la siguiente forma: al
hombre, a ganar el pan (alimento que seguramente aún no conocían),
con el sudor de su frente, y a la mujer, a parir con dolor y,
agregando como regalito: el hombre se enseñoreará de ti. La puso
por debajo del hombre, descaradamente-
Todas estas
esperpénticas cuestiones solo duelen en las mentes sensibles y
racionales,
aunque también, como
en este caso a mi, me irriten.
Algunos racistas
discriminan a quienes tienen un color de piel distinta a la de ellos,
pero no tienen ningún
problema en acostarse con sus mujeres porque se sienten superiores a
ellas, en una palabra, el poder demostrar que se es hombre cambia el
racismo de color por el racismo sexual dominante.
La virginidad fue un
mito machista, inhumano y en algunas culturas terriblemente cruel. Lo
incomprensible es que aún algunas culturas lo mantengan.
Las mujeres vienen
sintiéndose culpables desde hace más de 2-000 años. Creo que ya es
hora de que esto se acabe, al igual que el mito de la virginidad,
ridículo y sin sentido-
Mario Masjoán
A MI AMADA…en la
distancia
Al viento le cuento que
te amo
Pensando que hasta ti
llegará su brisa,
Soñando que además de
transportar mi cariño
Acaricie tu cuerpo como
yo lo hacía.
Al viento le cuento la
tristeza y dolor
Que me causa el no
verte,
Más a favor le pido
que nada te diga
Y si una pena detecta
En tu mente divina,
Silbe alegres melodías
Que puedan devolverte
la felicidad perdida.
Al viento le pido me
traiga tu aroma,
Me cuente detalles de
toda tu vida-
Le rogué te traiga
volando algún día,
Más dijo que no,
Que tu me querías
Y aún me esperabas de
noche y de día.
No puedo vivir lejos de
tu vida,
Porque ya es tu vida,
Parte de la mía.
Mario
De esto se desprende
solo una cosa: NUESTRO INVENTADO DIOS NOS HIZO “MACHISTA” Y A SU
IMAGEN Y SEMEJANZA, en concreto: DIOS TAMBIÉN ES MACHISTA
Tanta mentira idiota,
me quita de quicio
Mario Masjoán
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