Mal endémico, que es
la herencia genética y divina que nos dejaron esas religiones que
adoran a seres abstractos a los que se les adjudica poderes creativos
y omnipotencia sobre los humanos y que, hipotéticamente son quienes
los “fabricaron con un cacho de barro y un soplo divino” que les
dio la vida.
La cuestión es tan
esperpéntica, que el supuesto creador nos hizo a su imagen y
semejanza, pero, tiene un hijo que es igual a nosotros, y no tiene
mujer. Ya de entrada, se comienza a vislumbrar la marginación. Pero
sigamos, a Eva, la crea de una costilla de Adán (primera supuesta
pareja de humanos del mundo) y cuando todo iba de maravilla, aparece
el demonio, disfrazado de serpiente como si de un antepasado de
Mortadelo se tratase y engaña a Eva, algo que irrita al Dios
abstracto a tal extremo, que les expulsa del paraíso. Por lo que se
sabe del Libro Sagrado (la Biblia), Adán y Eva no tenían ni puta
idea de quien era ese llamado Demonio, pero se lo endilgan para la
toda eternidad, a esos dos pardillos y su descendencia. Y dicen hasta
el día de hoy, que el tío abstracto es
símbolo de justicia.
símbolo de justicia.
Cuando
los echa del paraíso les dice: al hombre, ganarás el pan con el
sudor de tu frente, algo raro, ya que no me explico como aprendieron
a hacer pan si no sabían lo que era el trigo, pero en fin. A la
mujer: le castiga con más dureza, la obliga a parir con dolor, y le
agrega: el hombre se enseñoreará de ti. Creó el machismo que
padecemos, un ser abstracto inventado por los hombres. En este
aspecto, comparto con Gustavo Bueno cuando dice: no fue Dios quien
creó a los hombres a su imagen y semejanza, sino los hombres quienes
crearon a sus Dioses a imagen y semejanza de ellos.(Aunque el
pensamiento sea de Nietzsche)
Esto sucede
aproximadamente en el año 4.004 aC , según cálculos que se han
hecho, sacados de las cronologías de todos los personajes que
figuran en los cuentos mitológicos del Antiguo Testamento. O sea,
Dios crea en primer hombre cuando esto ya estaba lleno de gente…(Como
ser los Sumerios)
El Machismo que arranca
dentro del Judaísmo, se reafirma en el Cristianismo (Nuevo
Testamento) en la carta que le envía Pablo de Tarso a Timoteo y que
transcribo literalmente: Capitulo 2, versículos, 9 al 15: Asimismo
que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia;
no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos,
sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan
piedad. La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no
permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino
estar en silencio. Porque Adán fue formado primero, después Eva; y
Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió
en pecado. Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe,
amor y santificación, con modestia. (Después de predicar estas
barbaridades, no tienen derecho ahora a criticar a los Islamistas por
castrar a sus mujeres. Que fácil les resultó tirar la piedra y
esconder la mano, y para más colmo, el gilipollas de Abraham que
vivía en Ur. Ciudad Sumeria, cuando huyó de allí antes del ataque
de los Amorreos,se llevó toda su mitología y de ella extrajo lo que
luego llamó Judaismo, pero se ve que por las prisas, perdió la
orden que tenían los Sumerios, de abolir el ojo por ojo, y la
lapidación
Pablo, incorporado al
grupo tras la muerte de Jesús, era originario de Tarso, una ciudad
conflictiva que se disputaron durante años, Turcos y Griegos. Este
sujeto, es quien destroza el pensamiento filosófico de Jesús y lo
comercializa.
El machismo ya estaba
institucionalizado dentro del cristianismo, y unos 600 años después,
cuando Mahoma funda el Islam, con los mismos criterios del
cristianismo, incluso con el mismo patriarca, Abraham, endurece el
Machismo y sojuzga totalmente a la mujer, incluso extirpándole el
clítoris para que no pueda tener placer, algo destinado solo al
hombre.
En tribus primitivas de
América, Asia y África, no existían estas brutalidades. Las
herencias genéticas son muy difíciles de erradicar. Los hombres que
asesinan a sus mujeres en nuestros días, muchas veces no saben por
que lo han hecho, e incluso se arrepienten o se suicidan. Vivo
ejemplo de una herencia maldita.
Tras todo lo expuesto,
surge en mi mente una pregunta: ¿Sócrates y Jesús sabían o no,
leer y escribir?, supongo que si, aunque por lo visto a uno le
hubieran sobraron 12 apóstoles, y al otro le faltó un Platón.
Mario R. Masjoán
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