lunes, 21 de julio de 2014

LA DECADENCIA SOCIAL

Escuché la denuncia desesperada del grupo que critica la minería de superficie en Argentina por lo contaminante que resulta, entonces pensé que aunque sus reivindicaciones me parecieron loables y estoy totalmente de acuerdo ellos, tenemos que reconocer que en el mundo estero sucede lo mismo.
¿A que se debe este desastre?, pues tampoco es muy difícil deducir, porque el capitalismo salvaje que padecen hoy los pueblos, es tan ciego que no ve los desastres que provoca.

La sociedad primitiva comienza con la colaboración, algo que hoy, intencionadamente ha desaparecido. Las diferencias sociales anulan la colaboración y la cambian por la ambición, con lo que, lejos de colaborar unos con otros, se pelean, roban o estafan, para ser como los grandes, esos que dejaron morir en África a miles de niños enfermos de cólera, antes de enviarles una vacuna que tiene un coste de 0,20 céntimos la unidad.
Esto demuestra a las claras, que la decadencia social es imparable y nos lleva inclusive, a la auto-destrucción del planeta.

El capitalismo es ciego, o mejor dicho solo ve dinero y trabajadores mal olientes que lo único que hacen es pedir aumento de salarios, con engaños como ese tan común que dice: No me alcanza lo que gano para comer...(penoso)

Mientras las clases altas viven en la opulencia, los trabajadores se matan trabajando para ellos y, cuando se jubilan, en poco tiempo dejan de cobrar porque se han muerto.

Me pasé mucho tiempo pensando cuando arranca esta debacle en la época que vivimos (porque en la edad llamada Media, para no irme demasiado lejos, el trabajador era poco menos que una mierda) y tras dos revoluciones industriales, me costó, pero al fin creo haber dado en la tecla justa, o sea, todo fue orquestado minuciosamente desde un acontecimiento clave, que fracasó o hicieron fracasar por la fuerza. Me refiero a los acontecimientos de Mayo del 68 en París. Esa es la fecha clave donde comienza la Decadencia Social, se acrecienta el capitalismo y se aumenta la pobreza la miseria y el paro laboral. Veamos:

En 1.967 asesinan al Che Guevara en Bolivia, en el 68 asesinan a Boby Kennedy y a Martin Lutter King,, en el 69, Hollywood se lanza a producir películas de violencia y guerras, y el consumo de drogas aumenta descontrolado (para disimular en el 71 se comienzan a combatir, aunque se le permita a la CIA comprar droga para cambiar su beneficio por armas que combatan el poder socialista del nuevo gobierno de Nicaragua), en el 72 se abren las primeras macro discotecas, que destrozan a varias generaciones de jóvenes. A esto le llamaron “calidad de vida y protección del sueño americano, donde cualquiera puede llegar a donde le plazca, pero sin espíritu social. La verdad es que se parece más a una pesadilla”, pero, ¿ellos son así de hipócritas?
Nos lavaron el cerebro a casi todos, con aquello del posible ataque nuclear a los EE.UU, por parte de Rusia, siendo que los únicos que tiraron esa bomba fueron ellos. Mientras tanto, Billy Gram, pastor evangélico millonario, predicaba y sermoneaba en  giras por todo el mundo con un equipo que ya quisiera tener alguno de esos famosos conjuntos musicales. Predicaba el evangelio américo-cristiano, mientras un 40%  de los Pastores de las Iglesias Anabaptistas del norte y el sur, aun mantenían la esclavitud en sus tierras de cultivo.
América era solo los EE.UU, el resto pardillos a los que se les podía quitar todas sus reservas naturales, con promesas de ayudas que nunca llegaban, o suponían una deuda exterior que les empobrecía cada vez más.

A Europa no la esquilmaron porque les interesaba como aliada frente al descabellado expansionismo Ruso, que nunca fue así, pero que sirvió para atemorizar al mundo entero, ya que los países que compusieron la Unión de Repúblicas Soviéticas, fueron “pactados tras la segunda guerra, entre Churchil, Stalin y Roosevelt, en Yalta.
Podría seguir escribiendo más sobre el tema, pero estas cosas me ponen malo, porque me pongo a pensar ¿que les dejamos a nuestros hijos y nietos? Si nos han amordazado el pensamiento.
Para “jorobarme” a mi llegaron tarde, porque soy consciente de que estoy “más cerca del Arpa que de la Guitarra” (como decía un amigo mio muy gracioso), entonces es cuando más me pregunto ¿Como pueden existir señores (o avaros pestilentes), que pueden dejar morir a miles de niños de distintos continentes, miren las tragedias para otro lado y sigan llenando las cajas fuertes de dinero, sucio la mayoría de las veces y duerman plácidamente.
Ninguno alcanza a pensar que una lágrima de una madre africana sobre su niño muerto de hambre, es tan amarga como la suya.

Mientras no se eliminen los privilegios, este mundo seguirá cayendo en picado hacia su propia autodestrucción.

Mario R. Masjoán

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