sábado, 5 de julio de 2014

LA FÓRMULA UNO DE ECLESTONÉ


Hace ya varios años que la Fórmula 1 de automovilismo dejo de ser lo que era, para transformarse en un disparate ridículo y sin sentido. Esto ocurre desde el mismísimo instante en que asume la dirección del evento, un personaje esperpéntico llamado Eclestoné.

Como la mayoría de las personas pequeñas (no de altura física, sino de mollera), en su muy pequeña participación como “Piloto”, no destacó mucho y se retiró como uno más del montón. Se retiró sin arte ni parte, pero luchó hasta hacerse con el control de la prueba y por lo visto, parece que la pretende hundir para siempre.

Las normas por las que se rige hoy la Formula 1 de Eclestoné, parecen hechas adrede para quitarle emoción a las carreras, justo lo contrario de lo que se necesita.
Veamos: Se cambian normas y se introducen otras demenciales como la gasolina que debe gastar cada coche durante toda la carrera, sin posibilidad de repostar; o que cubiertas deben poner; o que órdenes pueden dar a sus pilotos, cada escudería, etc.

Este Eclestoné es de risa, porque hay que ver para creer: “El atractivo (quizás el más aplaudido) fue desde siempre, el rugir de los motores en plena acción, pues este Señor lo redujo a su antojo”.

Si Eclestoné no se va de la Fórmula 1, rápido, este deporte alucinante se muere en poco tiempo. Dejen a las escuderías que pongan las “Ruedas que ellos quieran”; reposten las veces que quieran, que experimenten con los materiales que quieran, que hagan otro tanto con el combustible etc., y que respeten a rajatabla, las cilindradas de los motores y el tamaño de los alerones. Entonces y solo entonces, volverá el espíritu de la Fórmula 1 que nos dejaron, personajes como Juan M. Fangio; Farina: Ascari, Villoressi y otros muchos, desde 1.950. No hay derecho que este Señor, pretenda hundir el gran evento automovilístico que representa la F. 1.

Un abrazo grande a quienes siguen este deporte

Mario R. Masjoán

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